La Fundación Kālida, Medalla del FAD 2022

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El acto de reconocimiento tendrá lugar el miércoles 20 de abril, en el marco de la Asamblea anual de socias y socios del FAD.

En el marco de la Asamblea de socios y socias del FAD, cada año tiene lugar la entrega de la Medalla del FAD, un galardón honorífico que desde 1928 distingue el trabajo y la trayectoria de uno o varios personajes, proyectos o instituciones por su trabajo global o por una trayectoria vital sólida y continuada en alguno de los múltiples terrenos que integran el conjunto de las artes. Este año el FAD distinguirá la labor fundamental de la Fundación Kālida.

La Junta del FAD ha decidido otorgar este reconocimiento en esta edición a la Fundación Kālida “por su apuesta por el diseño como herramienta para la mejora del bienestar de las personas con cáncer, ya sean pacientes, cuidadores, familiares o amigos. Por poner en evidencia la importancia del entorno en el proceso de cuidado y asumir el desafío de humanizar los espacios a través del diseño. Un reconocimiento por hacer del diseño una parte estructural de un modelo asistencial a partir del concepto de «la arquitectura para cuidar»”.

Entre otras personalidades e instituciones, han recibido la Medalla del FAD en los últimos años la empresa Teixidors, Tortell Poltrona, Leopoldo Pomés, el Instituto del Teatro, el Hospital Sant Joan de Deu, Oscar Tusquets, Santa Eulalia, la PAH, el Banc dels Aliments, Muriel Casals, Josep Ramoneda, Sybilla o Joan Margarit.

 

La Fundación Kālida

Uno de cada dos hombres y una de cada tres mujeres pueden desarrollar cáncer a lo largo de su vida. Para todos aquellos que viven esta experiencia, Kālida puede acompañarlos. A pocos metros del servicio de oncología del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, en Barcelona, los que visitan el centro descubren un remanso ajardinado de paz, luz, calidez y privacidad. Las puertas están abiertas para acoger a personas con cáncer, sus familiares y cuidadores. El equipo profesional de la fundación brinda apoyo emocional, práctico y social en un entorno arquitectónicamente diseñado para cuidar a quienes están inmersos en un proceso oncológico.

 

 

Kālida Sant Pau se estrenó en mayo de 2019 como un espacio protector, configurado de forma cálida, amable y doméstica. El centro inauguró en España un modelo de soporte psicosocial integral, complementario y centrado en la persona, desplegado por profesionales comprometidos y con experiencia en psicooncología, enfermería y trabajo social. Da igual en qué fase del proceso se encuentren las personas afectadas por el cáncer, si las acaban de diagnosticar o esperan resultados, si han sufrido una recaída o están en tratamiento o si están cerca del final de la vida y deben abordar el duelo. Tampoco importa en qué hospital vivan el proceso.

Desde su inauguración, Kālida Sant Pau ha recibido más de 25.000 visitas y ha atendido a más de 3.000 personas en sesiones individuales o grupales para reducir el estrés o la ansiedad, comprender su diagnóstico, gestionar las emociones o informarse de las prestaciones sociales. Está ideado para que las personas que conviven con el cáncer se sientan escuchadas, acompañadas, informadas y comprendidas. Un modelo asistencial gratuito, que no requiere cita previa ni derivación médica.

La Fundación Kālida se constituyó en Barcelona en 2016 gracias al esfuerzo desinteresado de muchas personas y el impulso estratégico de la Fundació Nous Cims y la Fundación Privada del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau. Su objetivo es con el sistema de salud pública para crear centros de apoyo a pocos metros de los servicios de oncología de los hospitales de referencia, porque si bien la mortalidad se ha reducido en las últimas tres décadas y la supervivencia es del 53%, a los cinco años también tiende a cronificarse: más de 120.00 personas conviven con el cáncer, se estima que la cifra se duplicará en Cataluña en el 2030 y sólo una de cada diez recibe atención psicológica.

 

 

Benedetta Tagliabue proyectó el diseño arquitectónico del primer Centro Kālida, junto al Hospital de Sant Pau en Barcelona, un edificio hexagonal, protector y amable, lejos de la frialdad de las salas oncológicas y concebido como un pabellón jardín donde los límites entre interior y exterior se desdibujan. La fundadora del estudio Miralles Tagliabue EMBT comprende el valor de la arquitectura para cuidar, porque vivió un proceso de acompañamiento cuando a su marido, el también arquitecto Enric Miralles, le diagnosticaron un tumor cerebral. La construcción, de 400 m2, se organiza en dos niveles de 200 m2 y un jardín de 650 m2, cuyo acceso principal conecta con la unidad de oncología del hospital.

Patricia Urquiola se encargó del diseño interior de un espacio versátil, donde la angustia, la tristeza y el miedo que comporta un proceso oncológico se transforma en confianza y seguridad.

La fuente de inspiración de Kālida es el modelo de atención psicosocial de la organización internacional Maggie’s, y forma parte de la red de más de 30 centros en Reino Unido y otros países. Esta fundación pionera de origen escocés, creada en 1995, sigue la visión de la paisajista Maggie Keswick Jencks, que vivió dos años con un cáncer avanzado y defendió que nadie debía perder la alegría de vivir por el miedo a morir. Esta red de centros, construidos en los recintos hospitalarios públicos por arquitectos de reconocido prestigio, cuenta con personal altamente cualificado para ofrecer un programa asistencial basado en la evidencia empírica y el apoyo psicológico, práctico y social, que complementa el tratamiento médico, y que permite conocer y compartir experiencias con otras personas en circunstancias similares.