Selección de proyectos de socios y socias del FAD que destacan por su particular enfoque social y ecológico.
Que el 70% del impacto ambiental de los proyectos se decide en la fase de diseño no es un dato nuevo. Con su libro «Diseño para el mundo real», escrito entre 1963 y 1970, el diseñador y educador Victor Papanek ya alertaba de que en un mundo literalmente «estropeado a nivel visual, físico y químico» los diseñadores tienen la responsabilidad moral y social de cambiar las cosas. El trabajo como diseñador da el poder para proponer un diseño más respetuoso con las personas y el medioambiente, y cada vez son más los artistas, diseñadores y arquitectos que han integrado esta responsabilidad en su práctica para tener un impacto social y ecológico positivo.
En este artículo destacamos una selección de socios y socias del FAD que destacan por su particular enfoque ecoresponsable.
En el ámbito del diseño gráfico, hay muchas decisiones que pueden minimizar el impacto ambiental de una pieza, desde su soporte, al formato o tipo impresión, entre otras. Conscientes de ello, los socios de ADG-FAD Sonia y Josep Martínez Ruzafa, fundadores del estudio de diseño y comunicación La Page Original, decidieron que era hora de revisar su práctica con un enfoque lo más sostenible y respetuoso con el medio ambiente posible.
Para ello, se certificaron con EMAS (Eco-Management and Audit Scheme), un sello desarrollado por la Comisión Europea para empresas y organizaciones interesadas en evaluar, comunicar y reducir su huella ambiental. No fue una tarea fácil, pero querían ser rigurosos, transparentes y evitar el «lavado ecológico», y solo una herramienta como el EMAS podía garantizar un verdadero compromiso medioambiental. En su web, detallan cómo fue el camino para adquirir esta certificación, comparten muchos datos relacionados con el impacto ambiental de los procesos de diseño gráfico y ofrecen servicios de asesoramiento a clientes, proveedores y a cualquier interesado en minimizar su impacto, en el ámbito del diseño gráfico y más allá. También han desarrollado una herramienta, la blue tool, que permite aplicar una metodología de ecodiseño y una evaluación y valoración de proyectos de diseño gráfico desde el punto de vista de la ecoeficiencia y sostenibilidad.
De entre sus proyectos destacamos la publicación «Què li passa al clima?», el catálogo de la exposición The Zone of Hope, diseñado desde el compromiso ambiental, siguiendo criterios de ecodiseño para minimizar el impacto a lo largo de todo el ciclo de vida: desde la creación en la fase conceptual hasta el tratamiento final como residuo.
Otra socia de ADG-FAD que diseña de forma especialmente comprometida con el medio ambiente es Núria Vila. Enfoca todos sus proyectos con voluntad de repensar, reducir, experimentar y reciclar, intentando trabajar de la forma más sostenible y ética posible. Un ejemplo de ello es la señalización de madera para una exposición itinerante del consorcio de gallegos, pensada para poder ir cambiando el contenido con un coste más económico y ecológico que las lonas. Está hecho con papel piedra para poder ser instalado en el exterior, con una estructura fácil de plegar y montar para su traslado. Los papeles se sostienen con imanes. Vila apuesta por el trabajo manual, la experimentación y la colaboración interdisciplinaria, aplicando tintas vegetales, diferentes tipos de materiales ecológicos, fáciles de reciclar y reutilizar e ideando packagings 100% compostables.
En el sector de la moda, una de las industrias más en el punto de mira por su gran impacto ambiental, es importante comprar o diseñar con materiales certificados con sellos de calidad como IVN Best (el sello de la Asociación Internacional de la Industria Textil Natural), GOTS (Global Organic Textile Standard), BlueSign (certifica la exclusión de materiales contaminantes o nocivos) o Ecolabel (el sello ecológico creado por la UE).
El estudio Zer Era, fundado por las socias de MODA-FAD Ane Castro y Núria Costa, nace con el objetivo de regenerar la industria de la moda persiguiendo un modelo más humano y sostenible. Por un lado, tienen una línea de investigación con nuevas técnicas de fabricación digital en la que producen con técnicas como la impresión 3D para la creación de tejidos innovadores para la marca. Por otro, tienen una línea de piezas comerciales transformables que evita vender piezas por estaciones/temporadas y que mutan para adaptarse a nuestro día a día. Chaquetas de las que se pueden extraer las mangas y se convierten en chalecos, camisas que pueden ser de manga larga o manga corta, camisas con cuello extraíble y prendas reversibles.
Todas las piezas se producen en Barcelona con materiales sostenibles (algodón 100% orgánico con certificación GOTS) y poliéster reciclado de botellas del mar. Además, la característica principal de su producción, al ser un pequeño estudio, es que trabajan todo el patronaje y el fitting de las piezas con patrones digitales y maniquís virtuales para las pruebas. De esta manera, evitan un desperdicio importante de materia prima que se malbarata durante todo este proceso.
Otra marca con un compromiso destacado con la sociedad y con el medio ambiente es amt fundada en 2016 por el diseñador y socio de MODA-FAD Adrià Machado. En su web destaca un lema: «Lo hacemos poco a poco para que dure». Machado produce de forma local en la provincia de Barcelona, diseña piezas atemporales, embalaje sostenible, ofrece servicios de reparación de sus piezas y vende su stock restante en outlets sociales.
Además, no solo produce de forma sostenible, sino que sus colecciones buscan generar conciencia sobre el cambio climático. Su última colección está inspirada en el Delta del Ebro, que actualmente se encuentra en peligro por la subida del nivel del mar. En la colección trabaja con Tencel, un tejido de fibras cortas un 30% más resistente que el algodón y producido mediante procesos medioambientalmente responsables, a partir de la pulpa de madera de árboles de agricultura regenerativa. También con viscosa Ecovero, una tela vegetal y biodegradable que contiene fibras de celulosa producidas de forma ecológicamente responsable.
En cuanto al diseño de producto, destacamos los socios de ADI-FAD Oiko Design, un estudio de diseño industrial y consultora de materiales que trabaja acompañando a las empresas en la transición hacia la circularidad y la sostenibilidad. Trabajan tanto con grandes marcas como con otras más pequeñas de diversos sectores como el mobiliario, el textil, el embalaje y también con instituciones públicas.
Recientemente, Oiko ha rediseñado el trofeo de los premios ADCE con plástico 100% reciclado procedente de la recogida selectiva de envases, concretamente botellas de jabón y detergentes. También en 2020 rediseñaron el trofeo de los ADG Laus en clave sostenible. Y en 2021 crearon una cubitera para el sector bodeguero diseñada con un enfoque ecoresponsable que resultó finalista en la pasada edición del Premio Catalunya de Ecodiseño. La propuesta fue incorporar el corcho reciclado procedente de los tapones de vino para el exterior del producto, mientras que los tapones de plástico se reciclaban para el interior. Estos detalles, además de un valor comunicativo y de mejorar el aspecto estético de la cubitera, hacen mejorar su funcionalidad, ya que mejoran el aislamiento y hacen durar más tiempo el hielo.
En el mundo de la artesanía contemporánea, la socia de A-FAD Lucía Bruni, fundadora de Lucirmás, destaca por sus colecciones de artículos para el hogar que se basan en la filosofía del residuo cero. Pure Bottle, la colección con la que lanzó la marca en el 2006, es toda una declaración de intenciones. Se trata de un conjunto de mesa que se compone de un vaso, un portavelas y una cuchara. Cada juego de mesa se ha realizado dividiendo una botella de vidrio en dos posiciones, dando nueva vida y valor al objeto y creando de esta forma los tres elementos que componen el juego. Además, Pure Bottle no es solo un conjunto reciclado, también reciclable.
En arquitectura y urbanismo, queremos destacar el proyecto Persiana Barcelona del socio de ARQUIN-FAD Pau Sarquella y Diana Usón, que ganó un Premio Delta de Plata en 2016 por su apuesta por la artesanía y el valor del trabajo a mano al repensar la persiana de cuerda como producto sostenible, atractivo, funcional y moderno. El proyecto nace para mejorar el diseño de las antiguas persianas de cuerda, que no protegían bien de la lluvia y una vez dañadas muchos vecinos de la ciudad las sustituían por plásticos. Con una leve modificación del original, los nuevos diseños están hechos a mano con madera de pino de Soria, certificada con los sellos PEFC y CE, que procede de bosques gestionados de forma sostenible. Además, la madera se pinta con pintura ecológica de agua y de baja concentración de compuestos orgánicos volátiles, especial para madera exterior.
Para poner fin a esta variada selección de proyectos de socios con un especial enfoque ecoresponsable, también queremos destacar el trabajo de MATERFAD, el centro de materiales del FAD, que desde 2008 ofrece un gran directorio de materiales y expertos que pueden asesorar en la elección de aquellos que supongan un menor impacto en tu salud y el planeta.
Y es que diseñar con conciencia ecoresponsable, no es solo cuidar nuestro entorno, sino protegernos a nosotros mismos.