El proyecto «The Great Women Artists» , creado por la joven Katy Hessel, busca corregir el canon de la historia del arte celebrando una gran artista cada día.
La herencia de las «Guerrilla Girls», el grupo de artistas feministas anónimas que surgieron en 1985 en Nueva York para luchar contra el sexismo y el racismo en el mundo del arte, comienza a hacerse patente internacionalmente con una tendencia creciente de exposiciones dedicadas a recuperar y celebrar el legado artístico femenino históricamente silenciado.
Ahora mismo en Barcelona el CCCB acaba de inaugurar Feminismos!, una exposición que destaca los hitos de la vanguardia feminista que, en la década de los setenta, empezó a reescribir el canon de la historia del arte. La muestra incluye más de 200 obras de 73 artistas como Cindy Sherman, Helena Almeida, Ana Mendieta, Judy Chicago, Valie Export, Birgit Jürgenssen, Ketty La Rocca, Orlan, Gina Pane, Martha Rosler o Martha Wilson, y también obras de ocho artistas locales: Pilar Aymerich, Eugènia Balcells, Mari Chordà, Marisa González, Eulalia Grau, Fina Miralles, Àngels Ribé y Dorothée Selz.
También recientemente, la Fundación Miró ha dedicado exposiciones a artistas como Lee Miller y Lina Bo Bardi. En Madrid, el Museo Thyssen cerró recientemente Pioneras: Las mujeres de la vanguardia rusa. La semana pasada, hablábamos de la retrospectiva que el Barbican Centre de Londres dedica a Lee Krasner, expresionista abstracta prácticamente desconocida por el gran público. También en Londres la Tate Modern abrió el mes pasado una gran exposición de la cubo-futurista Natalia Goncharova y las Serpentine Galleries dedican sus dos galerías a las artistas Faith Ringgold y Luchita Hurtado. En París, el Pompidou expone actualmente la obra de Dora Maar y el Musée de Orsay acaba de inaugurar una exposición sobre Berthe Morisot, una impresionista de primer orden pero mucho menos conocida que sus contemporáneos Monet, Degas y Renoir.
Aun así, las exposiciones dedicadas a mujeres aún representan un porcentaje bastante reducido en comparación al grueso de la programación de cualquier ciudad. En este contexto, en 2015, la joven historiadora de arte inglesa Katy Hessel decidió abrir la cuenta de Instagram @thegreatwomenartists para celebrar una artista cada día. Hessel creó el perfil al darse cuenta de que incluso a ella misma le era difícil nombrar más de 10 artistas mujeres sin pensar demasiado.
Lo que comenzó como un proyecto de investigación personal, cuenta ya con más de 65.000 seguidores en Instagram y Hessel se ha convertido en una abanderada del arte femenino. «Instagram es una herramienta que actualmente llega a muchísima gente, es enormemente accesible y muy útil para diseminar prácticas artísticas. Aunque recientemente estoy empezando a comisariar exposiciones físicas, Instagram tiene la capacidad de llegar a mucha más gente y eso da sentido a mi trabajo», reconoce Hessel. «Quiero llegar al máximo de gente posible, sobre todo porque parece que el arte solo pueda ser para los entendidos, pero no es así».
En cada publicación, Hessel ilumina figuras femeninas de todos los tiempos, desde la pintora barroca Artemisa Gentileschi, la impresionista Mary Cassatt, pasando por la japonesa Katsushika Ōi, la surrealista española Maruja Mallo o la joven haitiana Florine Démosthène. Un rápido vistazo a sus últimas publicaciones pone de manifiesto cuántas pocas mujeres artistas, sobre todo pre-1920, son conocidas. Con ya más de 1300 publicaciones, y aunque no excluye celebrar puntualmente artistas que ya forman parte del canon, la gran mayoría de entradas alternan figuras históricamente invisibilizadas con artistas contemporáneas.
Hessel trabaja en el departamento de comunicación de la galería Victoria Miró, donde empezó como becaria, pero este verano, además, debuta como curadora de su cuarta exposición sobre mujeres artistas. La muestra, pone en relación obras de tres pintores muy jóvenes que si no fuera por la relevancia que ha cogido su proyecto, sería muy difícil que fueran expuestas a una galería comercial del nivel de Victoria Miró. Se trata de la colombiana María Berrío, la escocesa Caroline Walker y la inglesa Flora Yukhnovich, tres artistas con estilos radicalmente diferentes formalmente pero con interesantes puntos en común en su acercamiento al género de la pintura y a la representación de la mujer.
Proyectos como «The Great Women Artists» muestran como las redes sociales también pueden ser una herramienta para cultivar el espíritu crítico y el compromiso con el cambio de las nuevas generaciones. Hay que repensar la historia del arte desde una perspectiva no sólo más igualitaria en cuanto al género, pero también menos euro y americocéntrica y más diversa.
Autora: Sol Polo