Eva Franch y Anna Puigjaner representan a una nueva generación que está cuestionando el statu quo y redefiniendo el papel de la arquitectura.
De Nueva York a Londres y de Londres a Nueva York. Eva Franch i Gilabert y Anna Puigjaner son dos arquitectas catalanas que están redefiniendo el valor de la arquitectura a escala internacional y que representan a una nueva generación de mujeres líderes que está cuestionando el statu quo y rompiendo el techo de cristal. Ambas han sido galardonadas por el FAD en el pasado y es un honor ver como su trabajo sigue acumulando reconocimientos alrededor del mundo.
Eva Franch i Gilabert: de Nueva York a Londres
Después de ocho años dirigiendo el Storefront for Art and Architecture en Nueva York, la arquitecta catalana Eva Franch i Gilabert ha sido nombrada directora de la Architectural Association en Londres, un papel que asumió el pasado Julio.
Franch comenzó a trabajar como estudiante en la Cátedra Gaudí, un centro de investigación en Barcelona dedicado al arquitecto Antoni Gaudí, ayudando en la catalogación de sus dibujos. Sus primeras prácticas en una empresa tuvieron lugar en Rotterdam, donde los edificios públicos, la planificación urbanística y las viviendas sociales se convirtieron en su principal foco. Después de ganar suficientes concursos, regresó a Barcelona, donde fundó su estudio OOAA (Office of Architectural Affairs) para producir proyectos de forma independiente. A los 24 años, obtuvo la beca de La Caixa para estudiar en Princeton, donde obtuvo su Máster en Arquitectura en 2007. Ese mismo año fue reconocida como arquitecta emergente por nuestra asociación, y exhibió su proyecto «Dudas perfectas: 39 preguntas a la arquitectura» en la Incubadora de talentos emergentes del FAD.
En el trabajo de Franch, las preguntas siempre han tenido un papel fundamental. Así, no es de extrañar que haya practicado la arquitectura principalmente como profesora y comisaria, dos trabajos basados en el cuestionamiento del conocimiento en lugar de su mera presentación. Otro rasgo definitorio de Franch es su poderío. Poco después de obtener su máster en Princeton, ganó la dirección de Storefront for Art and Architecture siendo muy joven, extranjera y sin experiencia previa liderando una institución. Ahora, después de ocho años en el cargo, ha sido nombrada la primera directora de la Architectural Association en Londres, una de las escuelas de arquitectura más influyentes del mundo, pero con una profunda crisis después de un período de agitación que ha visto protestas de alumnos famosos como Rem Koolhaas, Toyo Ito y Richard Rogers en una ronda de despidos destinados a reducir costes.
Cuando se le pregunta por sus razones para presentar su candidatura, ella señala un sentido de responsabilidad inducido por su amor por la arquitectura: “La AA ha desempeñado un papel fundamental en la cultura de la arquitectura. Como alguien que decidió dedicarse a la producción y redefinición de la cultura de la arquitectura, considero seminal que una de las instituciones de arquitectura más radicales e influyentes del mundo continúe inspirando y transformando la forma en que enseñamos, comunicamos y producimos ideas y arquitectura. No es solo una escuela que se relaciona con su cuerpo estudiantil o sus miembros, es una institución que toda la comunidad de la arquitectura observa y cuida. Muchas personas afirmarán que ha pasado por momentos difíciles. La arquitectura, de alguna manera, necesita que a la AA le vaya bien y, en ese sentido, todos nos dimos cuenta de que alguien tenía que hacer el trabajo. Si bien sabemos que no es fácil, es importante. Postulé al trabajo de directora con un sentido del deber, y en nombre, en cierta manera, de todos los que se preocupan por la arquitectura y cómo se relaciona con el mundo en que vivimos. La AA necesitaba que alguien proyectara su futuro y yo creo que puedo contribuir a ello».
Con respecto a sus puntos de vista sobre el futuro de la educación en arquitectura y sus planes para la AA, Franch afirma: “Históricamente, ha sido un lugar donde la arquitectura se encuentra con otras formas de experiencia para producir nuevos pensamientos, formas y acciones sintéticas. Si bien las escuelas de arquitectura suelen preocuparse por lo que ha sido la arquitectura, a mí también me interesa lo que la arquitectura puede ser. (…) Mientras que en las últimas décadas ha habido un enfoque en la especialización y la atomización de la práctica y la experiencia de la arquitectura, la arquitectura es una de las únicas disciplinas que tiene el privilegio y la responsabilidad de unir a todos los ámbitos de la sociedad. Llevar la política, la ética y la estética a una nueva forma de aspiración colectiva. Reunir tecnología, biología, sociología, filosofía, poesía, derecho, economía y más, es algo que la AA ha estado haciendo y que planeo seguir haciendo. Stephen Hawking dio aquí una conferencia en 1999 titulada: Espacio, Tiempo, Realidad. Más recientemente, este mes de enero, Brian Eno habló sobre las consecuencias que el salario básico universal podría tener en la creación de nuestras comunidades, entre muchos otros temas. Me interesa llevar a los arquitectos a conversar con otras disciplinas. Me interesa crear un proyecto pedagógico que aborde directamente el poder de la arquitectura en la transformación, construcción e imaginación de una vida mejor y un entorno construido. Planeo producir una cultura de investigación y prácticas de diseño que sea capaz de abordar las condiciones sociales, políticas y espaciales a través de un foro de experimentación guiado por modos de práctica estéticos y éticos. Imagino una escuela que permita nuevas colectividades, que agite y cuestione las estructuras de poder existentes y que experimente con nuevas estéticas capaces de producir un conjunto poderoso de herramientas para afectar positivamente el mundo en el que vivimos».
Con su destacada carrera, su aguda visión de la arquitectura y de su potencial, su liderazgo entusiasta y su interés en generar preguntas, celebramos su nuevo cargo y no podemos esperar a ver qué logrará como directora de la AA.
Anna Puigjaner: de Londres a Nueva York
Anna Puigjaner es cofundadora de MAIO, un estudio de arquitectura con sede en Barcelona, y aunque trabaja y da conferencias a nivel internacional, su trayectoria profesional se acaba de cruzar geográficamente con la de Eva Franch, ya que, después de haber estado dando clases en el Royal College of Art de Londres, este año ha dado el salto a la gran manzana, donde acaba de comenzar a enseñar en la Escuela Superior de Arquitectura, Planificación y Preservación de Columbia.
A pesar de este movimiento a EE. UU., donde en 2016 recibió el Premio Wheelwright de la Universidad de Harvard – otorgado anualmente a arquitectos jóvenes que han demostrado un talento excepcional en el diseño, han producido un trabajo de mérito académico y profesional, y que representan una promesa para el sector -, su trabajo todavía está muy presente en Londres. MAIO inauguró el nuevo Estudio de Arquitectura de la Royal Academy of Art el pasado mes de mayo con el primer acto de la instalación en tres partes titulada Invisible Landscapes (paisajes invisibles), en la que convirtieron el espacio en una casa inteligente donde la tecnología difumina los límites entre lo público y lo privado, lo urbano y lo doméstico y facilita una arquitectura contemporánea que elimina los muros. En junio, Puigjaner también presentó su trabajo en la serie de conferencias Architecture on Stage (arquitectura en escena) del Barbican frente a un auditorio repleto.
El proyecto de investigación más reciente de Puigjaner, The Kitchenless City (la ciudad sin cocina), desarrollado con la financiación del Premio Wheelwright y continuando su tesis doctoral sobre el apartamento Waldorf Astoria de Nueva York, parte de una pregunta contenciosa: ¿podríamos vivir sin una cocina? Para explorar esta propuesta radical, Puigjaner pasó un año y medio investigando ejemplos de viviendas colectivas en Brasil, Suecia, Rusia, Corea y otros lugares que reflejan una variedad de enfoques para organizar y distribuir espacios domésticos. El hecho de que hoy en día no podemos aceptar vivir sin una cocina chirriaba en su cabeza en un momento en el que parece que pasamos cada vez menos tiempo en casa y en el que la cultura de los servicios está cada vez más presente en nuestra vida cotidiana.
Puigjaner comparte con Franch este deseo de cuestionar todo y esto sobresale en todos sus proyectos. Desde su radical compartimentación del cubo blanco que es el MACBA para la exposición «Especies de Espacios», hasta la distribución no jerárquica basada en la idea de foro para la exposición «Design Does (lo que el diseño hace)» en el Museo del Diseño de Barcelona y también en uno de sus últimos proyectos construidos en Barcelona, donde desafió el modelo de vivienda tradicional y propuso una distribución más dinámica a los espacios domésticos: modular y versátil en lugar de jerárquica y estática. El nombre de este proyecto, 110 habitaciones, es toda una declaración de principios. Se refiere al número total de habitaciones que conforman el edificio de apartamentos de 22 unidades, diseñado para ser más o menos intercambiables (¡incluida la cocina!) permitiendo así modos de vida alternativos y no solo normativos. El proyecto fue galardonado con un Premio FAD en 2017.
Ambas arquitectas comparten un sentido del deber para ampliar los límites de su disciplina, gravemente golpeada por la crisis, defendiendo su imbricación con otros campos y transmitiendo no solo su pasión por la arquitectura, sino también un sentido de urgencia en su responsabilidad como arquitectas para las generaciones futuras. Su valiente liderazgo, su enfoque humilde, su pasión por la investigación y la enseñanza, sus relevantes exposiciones y sus distintivos proyectos son dignos de celebración y el FAD, como una asociación multidisciplinaria que busca fomentar las mejores prácticas de arte, diseño y arquitectura, seguirá destacando sus inspiradores pasos y cuestionando, en línea con su espíritu, lo que nos viene dado.
Autora: Sol Polo